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11,40 €Henning Mankell es conocido en el mundo entero por ser el creador delinspector Kurt Wallander, protagonista de una de las series policiacas másleÃdas en los últimos años. Menos conocido es, en cambio, el amor que Mankellsiente por Africa, adonde viajó por primera vez de joven y donde pasa variosmeses al año. Africa, afirma, le ha convertido en una persona mejor.Moriré, pero mi memoriasobrevivirá es una muy personal reflexiónsobre el devastador impacto de la epidemia del sida en ese continente. En partecrónica de viajes, en parte fábula real, Mankell nos lleva por algunos poblados de Uganda, en su mayorÃahabitados por niños y ancianos, los únicos que permanecen vivos. Nos habla delmiedo de los occidentales al sida, pero sobre todo del terror y el dolor de losafricanos afectados, faltos de recursos y fármacos. Y también nos habla de lospequeños «libros de recuerdos», escritos por enfermos de sida que quieren dejarun testimonio de sus vidas, para que sus hijos puedan recordarlos: unaspalabras, una foto, una mariposa aplastada entre las páginas.Una imagen, en particular, acechaa Mankell a lo largo de su viaje: la de una niña llamada Aida, hija de unamadre afectada, que, en medio de la muerte y el sufrimiento, planta un árbol demango y lo cuida como si fuera un fragmento de vida que crecerá y que, tal vez,resista a esa terrible pandemia.